Comunidades en Oaxaca denuncian que los parques instalados en sus tierras violan sus derechos humanos
29 de agosto de 2014.-Cuatro proyectos eólicos en el estado Oaxaca, operados o financiados por inversores europeos, podrían estar violando normas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según denuncias de activistas que supervisan estos desarrollos.
Tres de esos parques eólicos son desarrollados por la compañía Electricité de France (EDF) y el cuarto cuenta con fondos de inversión pública de Dinamarca y Holanda.
Para Benjamin Cokelet, fundador y director ejecutivo del
Proyecto de Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (Poder, en inglés), los parques eólicos han incurrido en varias violaciones a derechos humanos que debe examinar la
OCDE, que conforman los países del Norte industrial y algunos del Sur, como los latinoamericanos Chile y México.
“Los tres proyectos eólicos de EDF aseguran que las consultas comunitarias ocurrieron, pero no hemos visto ninguna evidencia de que esos permisos fueron conseguidos”, dijo el responsable de la organización con sede en Nueva York y Ciudad de México.
En materia ambiental, indica, se debe “proporcionar puntualmente a los ciudadanos y a los
trabajadores información adecuada, medible y verificable sobre los impactos potenciales de las
actividades de la empresa sobre el medio ambiente, la salud y la seguridad”.
Además, “desarrollar una actividad de comunicación y consulta adecuada y puntual con las comunidades directamente afectadas por las políticas medioambientales, de salud y seguridad de la empresa y por su aplicación”.
EDF mediante su subsidiaria
EDF Energies Nouvelles (EDF EN) posee las granjas eólicas de La Mata-La Ventosa. Otra filial es copropietaria del parque Bii Stinu, mientras otra tercera opera la instalación de Santo Domingo.
Los tres proyectos se enclavan en el
istmo de Tehuantepec, en el sureño estado de Oaxaca, bañado por los océanos Atlántico y Pacífico y el divisor natural entre América Central y América del Norte.
La Mata-La Ventosa genera 67,5 megavatios, Bii Stinu 164 y Santo Domingo 160.
Actualmente, está detenido por recursos judiciales de ejidatarios de las tierras que ocupa.
Datos de Poder indican que en el istmo de Tehuantepec, con un ancho de 200 kilómetros y una superficie de 30.000 kilómetros cuadrados, hay al menos 20 proyectos eólicos, controlados por 16 compañías diferentes.
Allí existen 1.230 núcleos agrarios, mayoritariamente ejidos (tierras comunales) y de población indígena. De los cinco pueblos indígenas presentes en el istmo, los más populosos son los zapotecos y los ikoots.
Reportes de Poder exhiben un contexto favorable para las empresas y perjudicial para las comunidades.
“Las irregularidades existentes evidencian la colusión entre los actores públicos y privados”, resalta la organización.
El resultado produce “la creación de relaciones asimétricas y acuerdos de renta abusivos”, caracterizados por el ocultamiento del daño permanente de las granjas eólicas para las tierras agrícolas, la falta de una compensación justa por los daños y los alquileres irrisorios por las tierras.
Por faltar, faltan traductores a las lenguas indígenas en las negociaciones entre las empresas y las comunidades.
Estas han sido excluidas del consentimiento libre, previo e informado garantizado por el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la
Declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Derechos de los Pueblos Indígenas.
Para Cokelet, ese coctel implica el incumplimiento de las empresas de los estándares internacionales ambientales y sociales para sus emprendimientos.
EDF EN se incorporó el 26 de diciembre de 2013 al
Pacto Mundial de la ONU, un conjunto de 10 principios sobre derechos humanos, estándares laborales, ambiente y anticorrupción de cumplimiento voluntario por las empresas públicas o privadas signatarias. En diciembre, EDF EN debe enviar su reporte de cumplimiento de esos principios.
La construcción de Mareña Renovables se encuentra detenida desde 2013 por fallos judiciales favorables a las comunidades afectadas.
La obra se compone de dos parques eólicos que producirán 396 megavatios, con una inversión de 1.200 millones de dólares. El proyecto es copropiedad del administrador de pensiones holandés PGGM.
Cuenta con un
financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por casi 75 millones de dólares. Además, la oficial Agencia de Crédito a la Exportación de Dinamarca (EKF) aporta un empréstito al comprador de la electricidad por unos 20 millones de dólares.
El reclamo es por daños ante la ausencia de consultas adecuadas y completas con las comunidades en el arranque del proyecto y la falta de medidas en el diseño y ejecución para evitar los impactos adversos.
El 18 de septiembre de 2013, el Panel de Revisión de Cumplimiento del Mecanismo del BID admitió la queja. Ahora el panel prepara la investigación del caso, para elaborar después un reporte y proceder a supervisar el cumplimiento de sus disposiciones.
Roberto Albisetti, gerente para México y Centroamérica de la IFC, reconoció a IPS el riesgo de la presentación de quejas por las granjas eólicas en Oaxaca, aunque aseguró que el mecanismo independiente de denuncias (CAO, en inglés) de la corporación no recibió inconformidades hasta ahora.
“El manejo de las comunidades ha sido muy serio. Invertimos mucho dinero en los procesos de consulta, pues es mejor prevenir que luego enfrentarse a quejas”, declaró.
En 2010, la IFC desembolsó 375 millones de dólares para la construcción de Eurus, otro parque eólico oaxaqueño, que genera 250 megavatios.
Mareña Renovables, el proyecto de la holandesa PGGM, ofrece otros flancos que la exponen a denuncias internacionales.
Fomento Económico Mexicano (Femsa), el embotellador mexicano de Coca Cola, sería el mayor consumidor de la electricidad generada. Además, Femsa es el segundo mayor accionista del holandés Grupo Heineken.
Femsa también suscribió el Pacto Mundial de la ONU el 24 de mayo de 2005 y debe presentar su reporte de cumplimiento el 18 de marzo de 2015. Mientras, Heineken se adhirió el 19 de enero de 2006 y en julio envió su informe de cumplimiento.
Para Cokelet, la financiadora agencia danesa EKF, que también signó el Pacto Mundial, puede ser demandada ante la OCDE por la violación de sus principios de promoción de prácticas de préstamos sostenibles a la exportación hacia países de bajos ingresos.
En esa misma posición se encuentran Heineken y PGGM, que podrían ser demandadas por la violación de los lineamientos de la OCDE, insistió.
*Editado por Estrella Gutiérrez