* La
falta de control sobre lo que consumen los niños de nivel primaria, los hace
candidatos a convertirse en adultos obesos.
Ramón
Bragaña Benítez
Juchitán,
Oax.- Uno de los ambientes en donde los niños
tienen mayor acceso a comida “chatarra” es precisamente los planteles
escolares. Los niños se encuentran cautivos en estos espacios que son
utilizados por las empresas procesadoras de alimentos para generar hábitos de
por vida.
Los alimentos
y las bebidas que predominan en las escuelas no son recomendables y contradicen
la información que existe en los libros de texto en los que se promueven el
consumo de frutas, verduras, granos integrales y la hidratación en base a agua.
Desde hace dos años se aplicaron unos
lineamientos en México para regular el tipo de alimentos y bebidas que pueden
ofrecerse al interior de los planteles escolares. La versión original de estos
lineamientos fue modificada por la presión de las empresas permitiendo que se
sigan ofreciendo productos altamente procesados y bebidas azucaradas.
Los niños y las niñas requieren de un
buen consumo de frutas, verduras y cereales integrales, que son ricos en
vitaminas, minerales y fibra, para un crecimiento físico óptimo.
Los niños se encuentran aún en etapa de
desarrollo y por ello requieren de mayores cantidades de macro y
micronutrientes. También requieren de un aprendizaje de buenas prácticas de
alimentación, ya que estas les condicionaran para el resto de su vida, tanto
para la ingesta calórica como para la selección de alimentos.
Existe una sólida evidencia científica
para comprobar que la fórmula que predomina en los productos que se ofrecen en
las escuelas y los que se publicitan, en especial, a la infancia, genera
adicciones desde temprana edad. Una
vez que los alumnos se acostumbran al consumo de bebidas y alimentos altamente
endulzados, difícilmente consumen agua o alimentos saludables, aunque estén
disponibles.
Se ha observado que los productos
“chatarra” tienen un carácter competitivo con los productos naturales, es
decir, su consumo tiende a desplazar el consumo de alimentos naturales.
Esto es porque ningún producto natural
podrá contener las cantidades tan elevadas de azúcar, grasa y/o sal que
contienen los productos industrializados disponibles en las escuelas. Por todo
esto, dentro de los planteles
escolares sólo deben estar disponibles alimentos saludables.
Cuando los
niños se encuentran dentro de las escuelas están bajo la responsabilidad del
Estado, por lo que el mismo Estado está obligado a ofrecer una buena
disponibilidad de alimentos saludables y agua a la población infantil.
Así mismo los padres de familia a
través de las asociaciones de padres de familia deberían emprender una campaña
para prohibir que se vendan alimentos chatarras dentro de los espacios
educativo, con el objetivo de prevenir enfermedades crónico degenerativas en
los niños cuando estos sean adultos.
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