jueves, 1 de octubre de 2015

Antonia López López: Ejemplo de amor por su trabajo

* 52 años dedicados a servir y cuidar la salud de miles de istmeños, convirtieron a esta enfermera en un ejemplo de trabajo y de vida.

Ramón Bragaña Benítez

Juchitán, Oax.- Originaria de esta comunidad zapoteca cuna de mujeres trabajadoras y de enorme empeño por sacar adelante a sus familas, Antonia López López quien ha dedicado los últimos 52 años de vida a velar la salud de miles de istmeños deja con alegría pero con un gran sentimiento la labor que le ha dado las más grandes satisfacciones en la vida, el ser enfermera.

A sus 20 años comenzó a trabajar de enfermera en la población de la Ventosa, agencia municipal de esta ciudad, donde según cuenta ella realizaba desde la limpieza del pequeño espacio de trabajo, hasta el parto de cada una de las mujeres de ese pueblo.



Al paso del tiempo y el amor a su profesión con la cual sacó adelante a su familia, Antonia López López se integró desde su fundación al hospital general “Macedonio Benítez Fuentes”, lugar que ella considera se segunda casa, ya que desde las 7:00 de la mañana hasta las 19:00 horas cubría el turno que ella laboraba.

Compañeras, amigos y familiares fueron testigos de la última checada de esta amable enfermera, que a lo largo de los años se volvió amiga de la mayoría de los pacientes.

“Yo siempre me presenté a laborar antes de las 7:00 de la mañana, nunca de los nunca llegué una sola vez tarde, siempre trate a la gente como me hubiera gustado a mí que me trataran, hoy es mi último día de trabajo”, comentó



Recorriendo por última vez los pasillos de este centro hospitalario compañeras enfermeras y médicos salían a su paso para darle el adiós a la compañera que vio pasar más de 3 generaciones de trabajadores.




Toñita como le dicen de cariño, se dedicó a realizar la toma de la presión y peso a los pacientes antes de que ingresaran a sus consultas, ella siempre tuvo un gesto amable para cada uno de ellos, por lo que en su última salida para tomar estos signos vítales, los pacientes que se dieron cuenta que era su último día de trabajo se pararon y la abrazaron y con lágrimas en los ojos le agradecieron todas las atenciones que por más de 25 años les brindó y que siempre encontraron en ella una buena atención.


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