* El crecimiento desmedido de la mancha urbana y la falta de
cultura para cuidar el vital líquido ha hecho que familias enteras les falte el
agua
Ramón Bragaña Benítez
Juchitán, Oax.- El
crecimiento desmedido de la mancha urbana en esta ciudad, la falta de
mantenimiento a las bombas de los pozos, el no tener un cuidado para usar
racionalmente el agua en domicilios y comercios, ha generado que familias
enteras de la zona norte de Juchitán tengan que aprender a realizar sus actividades
cotidianas con el mínimo de agua.
Dolores Santiago ama de casa de 55 años de edad, quien
durante su infancia comentó que todos los días acudía al río de los Perros a
nadar porque era un agua cristalina, resignada ve como cada 3 días les llega apenas
lo suficiente para llenar algunos botes para poder pasar los días.
“A nosotros nos regalaron este terreno, nunca pagamos el
recibo de agua porque no nos llega, al principio teníamos agua todos los días,
pero cuando llegaron los de la otra colonia el agua comenzó a faltarnos y sin
darnos cuenta ahora sólo nos llega 3 veces a la semana si bien nos va”, comentó
A decir de Omar Salinas Castillejos encargado de la oficina
del agua potable, indicó que este desabasto se debe en primera instancia a la falta de orden al momento en que las
colonias se conectan a la red pública sin respetar los diámetros adecuados para
conectarse.
“El problema es que cuando se instala una nueva colonia ante
la falta de recursos ellos buscan a quien les conecte a la red pública, utilizan
lo que les alcanza para comprar, eso genera que se pierda la presión de bombeo
en toda la red de esta ciudad”; señaló
Dolores Santiago ocupa un tambo de 200 litros de agua que
logró obtener a cambio de lavar la ropa y unas pequeñas cubetas que ante la
falta de tapaderas el agua se llena de polvo y basura de los árboles.
“Con esa poca de agua nos tenemos que bañar, lavar los
trastes y ocupar lo necesario para la taza del baño”, agregó
Comentó que en ocasiones cuando su esposo llega temprano del
trabajo aprovecha para ir a más de 10 cuadras a casa de un señor que tiene un
pozo de agua para acarrear algunas cubetas para llenar de nueva cuenta su
tambo.
La vida para estas personas de escasos recursos les ha
cambiado significativamente, acostumbrados a tener por lo menos un chorro de
agua en la llave, ahora tienen que aprender en el día a día a optimizar y
racionar el uso del agua.
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