viernes, 25 de julio de 2014

Colores del Istmo El tejedor de hamacas




45 años de experiencia lo ha consolidado como uno de los mejores en este trabajo
Ramón Bragaña Benítez

Juchitán, Oax.- Debido a su localización geográfica, la región del Istmo de Tehuantepec, se ha distinguido por su clima caluroso y a la vez caprichoso, siendo las hamacas el lugar ideal para disfrutar de una hermosa tarde o para perderse en el más hermoso de los sueños.



Instalado en una modesta casa de la colonia Víctor Yodo, donde al pasar el portón se topa uno con la arena recién regada, el olor a café de olla que impregna todo el lugar, y al fondo el bastidor donde Armando Cabrera Mecot artesano zapoteca, de cuyas habilidosas manos brotan los tejidos que con una prisa milimétrica, van dándole forma a la hamaca.



Con 52 años de edad, descendiente de una familia dedicada en cuerpo y alma a la elaboración de las hamacas, siendo el la tercera generación familiar, Armando Cabrera Mecot, mejor conocido por todos como Ta Mandu, nos recibe para compartir parte de su experiencia en esta labor, que como todas las que se desarrollan a mano, están en un auténtico peligro de extinción.

Su encuentro con el tejido de hamacas

Ta Mandu nos comparte que cuando tenía la edad de 8 años, la falta de preparación de sus padres que en esa época no todos podían asistir a la escuela, lo obligó a él a tomar la aguja y comenzar a aprender a tejer las hamacas.



“Nosotros fuimos 5 de familia, mis papás y 3 hermanos, vivíamos apenas con lo necesario para pasar el día, así que mis padres nos dijeron que para nosotros no iba a haber escuela, que teníamos que trabajar para ayudarlos a ellos a sacar a la familia adelante, es allí cuando empecé a hacer mis primeras hamacas, cuando yo tenía apenas 8 años”, señaló.

Cómo se hace una hamaca

Para comenzar se tiene que tener en claro de cuantos kilos de hilo se va a realizar, las hamacas se venden por kilo de hilo, las más comerciales son las de 2, 3 y 4 kilos.
Las hay en dos versiones, las de hilo de primera y las de segunda, la diferencia salta a primera vista por el grosor del hilo, sin embargo las de hilo de primera tienen una vida útil hasta de 15 años si se usa en condiciones favorables, mientras que las de hilo de segunda tienden a durar apenas unos 3 años.


El hilo es colocado en un bastidor de madera, el cual esta soportado por unos troncos a los que se les llama “pies”, los palos verticales se les llama “pión” y el tramo de madera horizontal se le llama “tira”, que es donde se le da la distancia para determinar de cuantos kilos va a ser la hamaca.


Una vez colocado el hilo en el bastidor y ajustada la medida se procede a realizar el dobladillo de la hamaca, que es  a partir de allí donde comienza el tejido, para ello se utiliza una aguja de madera hecha por él mismo para comenzar a pasarla entre los tejidos para irle dando forma.









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